Como me encanta leer este tipo de artículos donde no sólo descubro que las cosas van bien con mis hombres sino que también remarcan el hecho de que son gente auténtica… iguales frente o detrás de una cámara. ¡Bien hecho Tony… digo, Robert! 🙂
Después de un drama épico de destrucción y redención — digno de, digamos, un super héroe de Marvel — Robert Downey Jr., la estrella mejor pagada del mundo, habla con Rich Cohen desde su casa de Malibu que comparte con su esposa, su hijo y su hija (pronto) acerca de su punto más bajo, su herencia genética, el nuevo afrodisíaco en su vida y lo que ha aprendido.
Habla de una tarde especial, hace años, durante el rodaje de un clásico de finales de los 70 dirigido por su padre, Robert Downey Sr. “Salina, Kansas, que es donde estábamos rodando,” – dice Robert Jr. – en la palabra “Salina,” con su resonancia de una América más vieja, más pura. “Tuve una motoneta Honda en Salina, una pequeña cosa, ni una moto, porque no estaba lo suficientemente viejo para coche y un día, una chica en la película, Stacey Nelkin, una belleza natural con un estante increíble, me pidió que la monto del conjunto de regreso al hotel donde nos alojábamos y ella detrás de mí y acurrucó y presiona contra mí todo el camino. No diré lo que me hizo querer ser actor, pero ese viaje cambió mi vida. Completa y totalmente.”