Cuando empecé a “culturizarme” buscando “clásicos literarios” por recomendación de personas y/o libros (habiendo sido mencionados en ellos o bien, como parte de las referencias que los autores hacen a otros colegas/obras) el primero que conseguí fue “El Retrato de Dorian Grey“. Fue difícil leerlo porque ya había visto la película y “ODIE” a Lord Henry. Se me antojaba un personaje apto para convertirlo en picadillo y tirarlo todo a la basura porque ni para alimento de las bestias me parecía correcto usarlo… (vale, tal vez estoy siendo muy dura y exagerada pero esa fue la impresión que tuve con la película y fue peor con la novela) pero, literariamente, la obra me pareció preciosa, sobre todo por un párrafo que describe los conceptos de “virtud” y “pecado” que bien podría usarse para “resumir” la trama pero también la forma en la que vemos la vida misma en sus muchas altas y bajas. Al final… ** ME QUEDO CON LA PELÍCULA **
Luego el turno le llegó a “Romeo y Julieta” y, francamente, de la “aversión” completa por un personaje (refiriéndome a Lord Henry) tan deficientemente atenuada por sentimientos de algo parecido a la “conmiseración” por su contraparte (Dorian) lo cual podría haber materializado, de haber sido ambos sentimientos más igualitarios entre sí, un equilibrio que convirtiera a “El Retrato de Dorian Gray” en uno de mis favoritos, pasé a la más severa “desazón”. El primero que encontré daba la impresión de ser un manual/resumen para salir con las contadas en algún examen escolar y al terminarlo no me podía creer que hubiese sido catalogado miles de veces desde su publicación como una de las mayores exponencias de la obra romántica del mundo. Busqué entonces otra más y al final fueron tres versiones, ninguna de las cuales me satisfizo y eso que traté de pensar en todas las versiones cinematográficas que he visto en la vida… pero nada ** ME QUEDO CON LA PELÍCULA **
Después encontré “Cumbres Borrascosas” y debo decir que, “ahora sí estamos hablando”. 🙂
Debido a la ocurrido con “Romeo y Julieta” busqué dos versiones de una vez y son bastante parecidas aunque la terminología de la versión que pueden ver abajo es un poquito “diferente”, quizás más “antigua” por la construcción de frases y/o por algunos vocablos, pero en general es la misma historia contada casi con las mismas palabras, lo que sí es que la segunda no está “ilustrada” y la primera sí, aunque ya me hubiera gustado ahorrarme dichas ilustraciones que solo podría describir como “macabras” pero que no puedo negar que son un complemento perfecto ya que ayudan a avivar el vaivén entre el romanticismo desesperado y lo antinatural y crudo. Cabe destacar que no he visto las películas que se menciona se han hecho a lo largo de los años basadas en esta novela pero encontré la imagen que precede a este párrafo y creo que es la misma que se usó para ilustrar la primera portada.
Si tuviera que escoger una me quedaría con la segunda portada aunque ciertamente llama mucho más la atención el “extracto” en voz de “Heathcliff” que describe una escena interior y que en cierta forma “prepara” el camino para no odiar a Heathcliff a la primera… De hecho, hace que uno sienta cosas por él aún sin conocerlo porque con una sola frase es capaz de mostrar sentimientos poderosos, de manera tal que cuando descubrimos que son una constante en la trama, no se puede hacer más que querer “liberarlo”…
De esto precisamente se trata la historia, de un gran amor… poderoso pero marcado por la fatalidad desde el primer momento como básicamente se ha retratado siempre a la mayoría de los “grandes” y “apasionados” amores pero, a diferencia de otros, los protagonistas forjaron a pulso su propio destino.
Nunca fue tan bien y tan mal entendido el concepto de “almas gemelas”. Catherine y Heathcliff lo eran y lo tenían todo para ser “felices para siempre” a pesar de que uno podría jugar con la idea de que pudiera ser un amor prohibido haciendo mano de la “posibilidad” de que Heathcliff fuera hermanastro de Catherine, pero, si bien se menciona que él no tiene apellido y al casarse, su esposa y luego su hijo, usan “Heathcliff” como tal, el padre de Catherine nunca lo mencionó y con lo que lo quería, si hubiera sido su hijo, creo que lo habría hecho. Por el contrario, daba la impresión de que la mejor noticia que podría haber recibido antes de morir habría sido que Catherine le dijera que amaba a Heathcliff (aunque era muy joven por entonces). Desafortunadamente, Catherine era una cabeza hueca, egoísta como la que más e incapaz de vivir plenamente o dejar vivir a los demás… y dos generaciones lo pagaron muy caro y al decir que Catherine es hueca y egoísta no pretendo “señalarla” sino más bien “excusarla” ya que solo siendo así podríamos dar sentido a su forma de ser y de pensar, sino, sería un ser literalmente incomprensible al que ni siquiera podríamos catalogar de “loca” porque sería demasiado “simple” toda vez que ella parecía hacerlo todo a consciencia y con el único propósito de dañar.
De pequeños, ambos eran prácticamente unos “salvajes” usando el “argot” de la historia… así se los llamaba a los chicos sanos y fuertes que corrían de aquí para allá sin ningún tipo de preocupación más allá de no cumplir con alguna que otra tarea impuesta. No se sabe nada acerca de los orígenes de Heathcliff pero sí que claramente debido a ellos era rudo, violento y desconfiado lo cual se agravó al llegar a un entorno oscuro, deprimente y abiertamente hostil. Pero Catherine no tenía ningún motivo para ser como era y para desear dañar de una forma tan “visceral” a quienes la rodeaban, especialmente a Heathcliff. Por otro lado, se diría que, viviendo enclaustrada en Cumbres Borrascosas, lo menos en lo que pensaría Catherine es en las “apariencias” pero solo unos pocos días hicieron falta para que sus vecinos la hicieran querer desear un “cambio de vida” y digo “querer” porque, en el fondo, no se trataba de que disfrutara de la “serenidad” que parecía reinar en la casa de los Linton, lo que disfrutaba era la atención desmedida. Si ya antes era una muchachita necia, malcriada y cruel, luego del incidente en la Granja de los Tordos se convirtió en un ser despiadado y el pobre Heathcliff quedó envuelto en sus garras crueles y destructivas convirtiéndose a su vez en un ser más cruel y destructivo de lo que aprendió a ser antes.
Luego de la novedad de verse tan mimada, Catherine quiso convertirse en una “señora” y para eso no podía casarse con alguien como Heathcliff pese a que lo consideraba o mejor dicho, pese a considerarse a sí misma el mismo ser que Heathcliff (¡¡¡ DESCARADA LA NIÑA !!!). Entonces, planeó unirse a Edgar Linton, su vecino, aquél que al primer momento de verlo, Heathcliff lo había declarado como su peor enemigo. Pretendía estar casada con Edgar para que éste y su familia fueran su “corte” y a la vez, para “ayudar” a Heathcliff a convertirse en un hombre con cierto status social. En pago por su buen corazón y por pensar en él, Heathcliff debía aportarle la misma pasión, sin reservas ni medidas, de la que disfrutaban de chicos y que no podía disfrutar aplastada por finas telas y buenos modales. ¡Mal augurio!, sobre todo porque se atrevió a poner en palabras sus planes y Heathcliff los escuchó… solo una parte… la que le rompió el corazón y abrió las puertas a un deseo de venganza que bien podría haberse aplacado con el paso de los años de haber actuado Catherine de forma diferente, pero, no queriendo quedarse atrás, ella más bien avivó ese sentimiento destructivo hasta acabar con Heathcliff por completo, aun a costa de su propia vida (de allí lo que comenté antes… no vivió ni dejó vivir…)… y no solo la suya, sino que sus acciones acabaron también con las vidas de prácticamente toda la familia.
Si bien es cierto que en la escena del cachorro uno puede sentir aversión por los chicos Linton, es imposible mantenerla por mucho tiempo toda vez que se convirtieron en un hombre y mujer bastante centrados y dispuestos a la felicidad y a hacer felices a quienes los rodean. Esto hace que sea más evidente el descalabro moral e incluso mental de la familia Earnshaw y el del propio Heathcliff a consecuencia de haber sido criado en el seno de esa familia. Claro, esto hasta que conocemos a sus hijos y nos encontramos con una nueva versión de sus padres… una “mejorada”… No, no es un cumplido… Cathy es igual de NECIA que su madre y qué decir de Linton. ¡My dear Lord!. ¡SON EN SERIO DE LO PEOR!. Una por demasiado petulante para considerar idiota pero que no es más que eso y el otro realmente INSUFRIBLE. En suma, con toda esa gente junta (Joseph incluído) es increíble que Hareton creciera con tan buen corazón, aunque creo que, pese a todo lo perverso que era Heathcliff, fue él precisamente la razón de que Hareton terminara siendo lo mejor de todos ellos… Vamos, tal vez influyeron también los primeros años de “educación” que le dio Nelly Dean y es precisamente Hareton el que cambia radicalmente el rumbo de la historia cuando prácticamente queda nada para concluir y esto “rayo de esperanza” es lo que para mí convierte esta historia malsana de odio, venganza y orgullo… (¡ESTÚPIDO ORGULLO!).
En cuanto a la narración es realmente sorprendente y me refiero a literalmente porque gracias a la serena y sensata “voz” de “Nelly Dean”, que hace las veces de locutora pero también de mediadora entre los personajes y el lector, uno consigue no lanzar el libro por la ventana gritando de frustración ante tanta tozudez. Es gracias a ella (La narradora, Nelly Dean) que al final de la historia uno puede sentirse en paz y armonía luego de tanta amargura y estupidez… ¡Y pensar que todo podría haber empezado de nuevo si el Sr. Lockwood llegaba a interesarse por Cathy!. :$
Por la portada yo sabía que los personajes principales se llamaban “Heathcliff” y “Catherine” así que cuando llegué al punto de ver a una “Catherine” que no era la mujer de Heathcliff SINO SU NUERA y poquito después, a una “aparición” que trató de “llevarse” al señor Lockwood, nuevo inquilino de Heathcliff y quien, con sus preguntas, hace que Nelly Dean inicie su relato acerca de sus vecinos para “pasar el rato”, me quedé con la boca abierta… ¿Y CÓMO NO HACERLO?, he leído hasta el momento un montón de historias pero nunca una en la que LA PROTAGONISTA ESTÁ MUERTA… y me refiero a muerta muerta… no, “no muerta”… Obviamente uno ya cae en cuenta después de lo que sucede pero ese “sobresalto” inicial se convierte en un “fantasma” que hace que uno devore página tras página buscando el momento en el que por fin se materialice y convierta la historia en el “cuento de terror” que augura sus inicios. ¡Y vaya que es un cuento de terror!… No es del tipo “sobrenatural” pero indiscutiblemente para mí, igual de escalofriante. Sinceramente espero que no haya nadie en el mundo capaz de vivir de esta manera.
También me sorprendió la ambientación. El relato es muy descriptivo y además muy “correcto” como se espera por la época en la que fue escrito (que es más o menos la misma época en la que se desarrolla la historia, me parece a mí) tanto así que cuando leí “murió dando a luz a su hija” me quedé… ¿Y CUANDO RAYOS CONCIBIÓ A LA NIÑA?… 😀 (By the way, en ese momento me acordé de la estúpida de Daisy Buchanan)…
Lo único que encontré “mal” o “incomprensible” es el uso de dos nombres para la narradora: “Ellen” y “Nelly”. No se si es un error… pero parece ser. En todo caso, es la misma persona. Por lo demás, ¡¡¡ ME ENCANTÓ !!!.
Como último comentario al respecto y luego de haber leído los tres “clásicos” que he mencionado, me parece incomprensible que autores como Stephen King menosprecien el trabajo de autoras (sí, los considero a ambos “colegas”) como Stephenie Meyer siendo que para mí es indiscutible el hecho de que la obra de Meyer hace, no uno, sino varios guiños a clásicos como “Romeo y Julieta” y “Cumbres Borrascosas” (además de mencionarlos en sus obras, lo cual es en sí un gran “aporte” a la “culturalización” de las masas, si me puedo permitir el término, entre la que me incluyo) y que además, esta autora es un gran ejemplo a seguir: La mujer hizo una historia, la vendió, consiguió un EXCELENTE RESULTADOS y ahora disfruta de ello pero a la vez, ayuda a otras autoras a difundir sus propias historias, como por ejemplo a Cassandra Clare, autora de “Cazadores de Sombras” o Elizabeth Eulberg, autora de “El Club de los Corazones Solitarios” (Lo acabo de terminar de leer y ME ENCANTÓ). Es como una “mentora” y se lo aplaudo. De hecho, en cuanto a “cultura” para mí da cátedra a King, quien por sus comentarios me parece una persona grosera y poco ética en contraparte a Meyer que fomenta la lectura, por decir lo menos.
Por todo lo anterior, les recomiendo mucho este “clásico”. ¡Espero lo disfruten!.
Saludos,