El organismo de control nuclear autorizó a la empresa a descargar el líquido, que ya no tiene lugar en las piletas de enfriamiento.
El gobierno de Japón tomó “una medida de emergencia inevitable” y autorizó a la empresa Tepco, que administra la dañada central nuclear de Fukushima, a volcar 11.500 toneladas de agua radioactiva al Océano Pacífico.
“Queremos deshacernos del líquido estancado y así seguir enviando agua al interior de los reactores para enfriarlos y evitar un mayor daño, aun cuando existan efectos colaterales”, dijo Hidehiko Nishiyama, portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón.
La empresa Tepco informó en un comunicado que el líquido –con una radioactividad equivalente a la que puede ser absorbida naturalmente en un año por una persona adulta, aseguró– “se debe descargar” para hacer espacio y almacenar agua aun más tóxica que se está filtrando por una grieta. La empresa admitió que el agua que se verterá en el Pacífico tiene 500 veces el límite legal de radioactividad tolerable.
El jefe de Gabinete del gobierno nipón, Yukio Edano, avaló los datos brindados por la empresa, pero consideró que el agua tiene “bajos niveles de radioactividad” y que la radiación se disipará rápidamente en el océano sin afectar al medio ambiente. Donde el funcionario puso la alarma fue con respecto a la filtración de líquidos, mucho más radioactivos que los que se volcarán al mar, y que está contaminando toda la zona. “Tenemos que detener completamente la filtración lo más pronto posible –dijo Edano–. Si no hay cambios inmediatos, la acumulación de material radioactivo tendrá un fuerte impacto sobre el océano.” El agua proveniente de la fuga contiene yodo radioactivo 10 mil veces superior al límite permitido.
Durante el fin de semana fracasaron los intentos de sellar la falla inyectando polímeros especiales y cemento. Tampoco funcionó la tentativa de utilizar un tinte blanquecino para encontrar la ubicación precisa de la grieta.
Hasta ayer los métodos de bombear agua al interior de los reactores para bajar las temperaturas y la presión son la única manera de evitar que los núcleos entren en un proceso de fusión que sería catastrófico. Pero el agua desechada se está volcando y acumulando alrededor de la planta e impide encender los sistemas de enfriamiento que estabilizarían los peligrosos combustibles atómicos.
Mientras tanto, el director del Organismo Internacional de Energía Atómica, Yukiya Amano, denunció que Tepco no tomó las medidas “suficientes para evitar el accidente” en Fukushima producido por el terremoto del 11 de marzo y pidió un fortalecimiento de las normas de seguridad internacionales. <
Efe, Ansa y AP
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Fuente: Tiempo.elargentino.com
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