Lucius esperó pacientemente, preparándose para su próximo encuentro con el director, pero regodeándose en su buen tino, por haber descubierto a Severus. Desde hacía mucho tiempo no se sentía tan, bien. Era extraño conocer a personas de su “nivel” y no se refería propiamente al económico. Ni siquiera Tom Riddle había ostentado flagrantemente su poder ante nadie y las pocas veces que lo había hecho, con los que ahora podía considerar como sus seguidores, siempre había sido con antipatía, mostrándose como un ser superior, pero a él no lo engañaba. No era más que un mestizo, pobre y sin familia, que buscaba la manera de sobresalir.
– Tom Riddle. – Pensó al desviar sus pensamientos. – Me pregunto si harían migas estos dos. Ciertamente, tienen mucho en común, pero dudo mucho que Severus comparta los mismos planes, mucho menos, si “Lily” queda de por medio. En fin, ya veremos si puedes ayudarme a mí en mis “objetivos personales”.
– Buenas tardes Lucius – dijo Dumbledore cuando arribo a su encuentro, interrumpiendo la línea de sus pensamientos.
– Buenas tardes profesor – respondió éste cortésmente.
– Creo que estás un poco retrasado para tus clases, no te parece? –
– No realmente, profesor. No tengo clases en este periodo, pero, igual ya me retiraba, señor. –
– Algo que quieras…contarme, Lucius? – inquirió Dumbledore, usando la frase con la que usualmente solicitaba permiso indirectamente a las personas para “entrar en su mente”.
– Nada interesante. Nos vemos luego, “señor” – respondió, mientras invocaba mentalmente un escudo solapado.
Decidió dar un pequeño paseo por los corredores del colegio, cosa que lo entretenía bastante y le dejaba tiempo suficiente para pensar, sin ser interrumpido, pero no fue el caso, ya que se topó con el profesor Slughorne, de pociones.
– Luicus, Lucius, mi escurridizo Lucius. Otra vez me quedaste mal, chico. –
– Lo siento profesor. Estaba con el Profesor Dumbledore en el comedor y se me hizo tarde. Pero vine hacia aquí con el fin de presentar mis excusas. –
– Siempre tan galante. Disculpas aceptadas. Quedas nuevamente invitado para mi próxima comida, Lucius. Espero que no me quedes mal. –
– Por supuesto señor, allí estaré. Gracias. –
Lucius vió alejarse al profesor a la carrera. Iba más que contra el tiempo, pero aún así, decidió invertirlo en él. Pero que tenacidad la del hombre. Había rechazado “amablemente”, todas y cada una de sus invitaciones y el tipo seguía insistiendo. Si su padre se enteraba que andaba detrás de él para agregarlo a su colección de joyitas, podría despedirse de la relativa calma que se respiraba en el colegio, ya que Abraxas Malfoy, consideraba que él era el único que podía tener “trofeos”, nadie más y no permitiría que su hijo fuese considerado como tal por nadie. Sólo por él.
– Porqué rayos no me dijiste que estaba cerca? – preguntó a su elfo, que había aparecido de repente frente a él.
– No estaba en el colegio, amo. Vengo de su hogar con un recado de su padre. –
– Hablando de…Dime, cuál es el mensaje? –
– Dice…y cito: No puedes seguir posponiendo la visita a casa de tu futura prometida. Es un hecho. Hazte ya a la idea y pon una fecha. Iré a buscarte al colegio tan pronto lo decidas y mira que estoy siendo razonable al dejarte escoger…Está claro?. Cierro la cita. – dijo el elfo, en parte divertido y en parte asustado por la reacción de Lucius.
– De veras no pretende dejarme en paz con eso, verdad? –
– No mi amo. Lo siento. Cuál es su respuesta para el amo? –
– Pues dile, y cita: “Lo estoy pensando”. Cierro la cita – respondió Lucius, escribiendo unas comillas imaginarias en el aire. – Puedes irte. Ya. –
– Si amo. – El elfo se desapareció, completamente seguro de que el encuentro con el cabeza de la familia Malfoy, no sería ni un poquito parecido al que acababa de darse con su hijo.
Por su parte, Severus llegó a la clase de pociones y pudo observar como Lily estaba en la esquina del pasillo recostada en la pared, a unos pasos de la puerta, mirando sin ver hacia el frente, con cara de hastío, ya que Potter y Black habían dejado de lado sus estupideces y habían fijado en ella su atención.
– Me esperabas querida? – preguntó Severus mentalmente.
Lily se irguió, volteo la mirada hacia Severus y luego miró a Sirius con cara de pocos amigos, pidiéndole permiso para pasar ya que se había interpuesto en su camino. Se dirigió a la puerta, mientras Severus extendía su brazo en un ademán que la invitaba a pasar delante de él. Severus entró inmediatamente después de Lily, cerró la puerta y dijo, también mentalmente:
– Colloportus –
El hechizo dejó la puerta cerrada y los chicos, muy inteligentes pero en desventaja al compararse con Severus dada su educación mágica previa, recibida desde su nacimiento y de su aplicación personal constante por aprender, se quedaron mirando la puerta, boquiabiertos, sin saber que hacer.
El Profesor Slughorne llegaba por el pasillo, resoplando por el esfuerzo de correr para llegar a su clase, ya que se había atrasado nuevamente en una de sus muy gustadas “reuniones” y luego con Lucius, aunque los chicos no lo supieran. Cuando arribó a su lado, los observó molesto por su tardanza, aunque el mismo estaba llegando unos minutos tarde.
– Pero chicos, que hacen afuera?. Sigan, adelante, vamos, vamos, estamos retrasados…-
– No podemos, profesor, está cerrada. – dijo James quien todavía trataba de abrir la puerta, a la fuerza, sin poder creer que “Quejicus” fuese el responsable de que ellos hubiesen quedado fuera, pero sin encontrarle ninguna otra explicación.
Al escuchar que el profesor les decía: – Tonterías, a ver, déjenme pasar – Severus dijo mentalmente: – “Senere” – y el profesor abrió sin ningún problema.
– Lo ven? Chicos!!!… – resongó más molesto que antes – Rápido, a sus puestos. –
Cuando entraron, todos estaban hablando unos con otros, nada más y nada menos, que de Severus y su “cambio” de apariencia, mientras que Lily, se encontraba en su asiento pasando las hojas de su libro de pociones “suavemente”, al tiempo que se comía su propio hígado, por los celos que le producía que todas esas babosas estuvieran peleándose por sentarse al lado de Severus, quien, por su parte, inmutable, estaba sentado cómodamente al lado de Lily, con una sonrisa de suficiencia en el rostro.
– Bueno chicos, empecemos. Siendo su primera clase, vamos a hacer algo divertido. – Sorpréndanme…- dijo más por poder sentarse rápidamente y “descansar” que por deferencia a su primera clase.
– Quieres hacer algo “divertido”, Evans? –
Aún siendo de casas diferentes, Lily se sentaba en la misma mesa que Severus, más dos de sus compañeros de Slytherine y todos pudieron apreciar como ésta se ruborizó completamente al percibir en el tono de Severus una “invitación” más allá de una simple poción divertida para la clase.
– Severus, saca tu libro y empieza a trabajar. El tiempo es oro chico!!! – lo apresuró el profesor.
– Efectivamente profesor, pero estamos decidiendo que hacer para…“divertirnos” – contestó Severus, haciendo que todas las chicas del curso se removieran nerviosas y esbozando risitas tontas al percibir también el tono del chico que junto a su nueva apariencia, lo hacían muy “apetecible”, como pensaron algunas de las más osadas.
Severus sacó su libro, una edición muy gastada del libro de pociones, que había pertenecido a su madre. Se lo sabía de memoria, pero lo tenía en muy alta estima. Era casi un compañero para él. Además, le había ido agregando anotaciones personales muy útiles, luego de practicar para hacer sus “propias” recetas, siempre bajo la supervisión de su madre.
– “Amortentia” – dijo de repente. – Qué les parece? –
Todos lo miraron confundidos porque la receta no estaba en los capítulos iniciales del libro y no sabían donde buscar. Luego, se miraron unos con otros y finalmente a Lily, quien con un brillo despectivo en los ojos, dijo:
– Hazla tú, yo voy a hacer una Poción de Muertos Vivientes!!! –
Lily quería matarlo!!!!. Cómo se le ocurría coquetear con todos tan descaradamente y en sus narices!!!.
– Nada complicado chicos, diviértanse solamente. Hoy quiero que sientan el placer que produce el hacer una poción. Sólo los que lo “sientan” serán glorificados con el don. Es una de las pocas ramas de la magia en las cuales tenemos completa autonomía aunque no seamos muy duchos con la varita… – concluyó sonriendo.
Dos horas después, el salón estaba lleno de olores, la mayoría no muy agradables, pero se podía sentir uno, predominante y especialmente, delicioso.
– A qué te huele Evans? –
– Menta!!! –
Lily, verbalmente y casi gritando, mencionó el ingrediente que tenía más próximo a su mano y hechó unas cuantas hojas de menta en la poción que había en su caldero. Severus la imitó, sólo por hacerla enojar. Agregó un toque de menta a su poción y notó que la misma se intensificaba, llenando sus pulmones por completo del más dulce de los aromas: El olor de Lily. Lo mismo le pasó a ella, quien se quedó inmóvil, sintiendo los efectos del aroma de Severus en su mente y en su cuerpo.
– Bien pensado. Mmm, muy, pero que muy inteligente. Huele “delicioso” – dijo Severus con una voz en extremo inusual (llámese sensual) en un niño de 11 años, anotando en su libro: “menta: potencia el resultado”. Luego, observó con ojo crítico a sus compañeros y agregó: “ayuda a contrarrestar efectos secundarios”, al notar la reacción de sus compañeros antes y después de que olieran la poción con menta.
– Pero esto es impresionante. – dijo sorprendido el profesor, revisando la pócima de Lily. – Le has puesto menta!!!. Que maravilla!!!. Pero qué es esto!!!. – exclamó al ser embargado por el olor de la poción de Severus. – La tuya también es más que excelente Severus. Chicos, definitivamente tienen algo “especial”. Tienen el “don”. Aunque debo decir, Lily, que siendo tú la que propusiste la menta, en ti está más desarrollado, mi niña. Te felicito.
Para nada molesto por las exclamaciones que hizo el profesor acerca de Lily, aún, cuando en esa ocasión, no las merecía, porque él se había pasado dos horas dándole indicaciones mentalmente a ella, porque no lograba concentrarse por los efectos del enojo y por la poción de Severus (“no, así no, haz esto”…“haz lo otro…”) – preguntó por curiosidad…
– Profesor, Evans le ha echado al final unas hojas de menta, lo cual usted ha catalogadado como “maravilloso”. Yo hice lo mismo en la mía para probar y noté que disminuye algunos efectos secundarios como “babear” (al pronunciar la palabra, miró con intención a James y a Sirius, quienes recompusieron el semblante y se pusieron derechos en sus asientos) esto funciona así para con todas las pociones? –
– Buena pregunta Severus. Mmm, estamos en clase de primer curso, cierto? – Dijo riendo su propio chiste – Verán, el agregar unas hojas de menta funciona bien en casi todas las pociones que tengan que ver con el estado de ánimo de una persona y como bien dices, produce el mismo efecto, es decir, “minimizar” algunos efectos secundarios. Ahora bien, dichos efectos secundarios dependerán de la poción que se esté preparando. Cabe señalar que la “menta” es muy buena amiga de las pociones, pero hay que saber usarla porque en la proporción incorrecta, podríamos simplemente anular los efectos de lo que estemos preparando lo que me lleva a prevenirlos. De…-
– Debemos tener cuidado con ella cuando se trate de venenos o antídotos…- concluyó Severus en voz alta para delicia del profesor.
– Bravo muchacho!!!. Llegarás muy lejos, te lo digo yo…- dijo haciendo un guiño picarón.
– Si, ya me lo habían comentado – comentó sonriendo.
El resto de la clase observaba al profesor y a Severus cual si fuera un juego de quidditch, incluyendo a James, Sirius y Remus, cada uno con pensamientos diferentes en la cabeza: James lo maldecía, aburrido de no ser él el centro de atención, Sirius lo miraba con curiosidad admirando su agudeza de mente y Remus lo miraba con “esperanza”. Había leído mucho acerca de su “problema” y sabía que pocos magos podrían lograr hacer una poción “matalobos”, que, aunque no estaba realmente perfeccionada, contrarrestaba favorablemente los efectos de su “problema” y si, ese chico, podía a los 11 años hacer “amortentia”, fuera lo que eso fuera, estaba seguro de que podría ayudarlo, pero se desanimó un poco, dado que no pensaba que el chico lo ayudase por su amistad con James y de todas formas, no se sentía seguro de querer traicionar la confianza de su amigo, pidiéndole ayuda a un enemigo suyo declarado, aunque lo de enemigo, era más bien por parte de James y no de Severus, quien a penas si le hacía caso, o por lo menos eso parecía.
– Chicos, esta poción es tan sublime como peligrosa. La poción del amor…Puede proporcionarles en un minuto una felicidad completa y al otro, la desdicha más absoluta…- continuó sonriendo – El arte de hacer magia mezclando sustancias, puede asegurarles la gloria, la fama, lo que deseen. Piénsenlo bien y aplíquense. Para un mago poderoso, la varita no es su único aliado.
– No, pero como nos ayuda a deshacernos de indeseables – dijo impúdicamente James Potter, tratando de contener las arcadas ante tanto derroche de lo que consideraba, la más absurda cursilería. – Pero que cantidad de tonterías juntas –
– No todos tenemos tu vida, James…- fue el comentario escueto de Remus. – No me caería mal aprender y conseguir lo que el profesor dice. –
– Bahhh. Y ahora, quien se soporta a este imbécil, en los cielos por los cumplidos del profesor. Ahhhhhh. –
Nadie le prestó atención. Cada alumno, incluso el profesor, estaba cerca de la “Amortentia”, disfrutando de los efectos de sus evocaciones.
Vaya clase de pociones!!! Me gustó mucho esta parte!!!
Saludos!
Gracias!!! 😀 Me alegro mucho que te haya gustado!!!!
Si buena clases de pociones…QUE GRAN TALENTO TIENEN MI SEVERUS INCLUYENDO LO QUE HIZO CON LILY…por eso digo como un gran mago como el fuera a morir de la manera mas estupida y ese James je je je je me da risa la envidia que tiene y que nadie le preste atencion y lo dejen hablando como el idiota que es…me disculparas, pero me cae mas mal que bien, asta Sirius me cae bien y si me he dado cuenta en la saga de HP cuando le dice a HARRY: cuando llegamos a hogwarts, Snape y sabia muchas cosas que alumnos de sexto curso.
Y llegue a la conclucion de que lo admiraba en cierta forma, pero logico no le caia bien por el cabello de puas (James Potter) lo unico que puedo destacr de James es que era un buen amigo. EN FIN ME ENCANTO VER A LILY CELOSA Y A LUCIUS MALFOY RECISTIENDOSE A SU PADRE QUE COTIDIANO CUANDO AÑOS MAS ADELANTE HARIA LO MISMO CON SU HIJO…A TI TAMBIEN TE AMO LUCIUS MALFOY UPS COMO RETUMBA ESE APELLIDO CON SOLO ESCRIBIRLO …MALFOY…JE JE JE
ajajajajaja, es que ese apellido “impone” ;): Malfoy.
sip con gusto me llamaria Alex Malfoy je je je je e “impone” mas que todos si te fijas como:Wesley, Potter, Evans, Granger, Lestrange, Black, Lupin je je je es gracioso ese apellido nose porque, etc. Ni Dumblendore y me disculpara mi cabello grasiento pero ni Snape retumba tanto como: MAL-FOY je je je je ha y lo que hace ese conplemento a ese Apellido es el nombre Draco, osea DRACO MALFOY je je je je asta rima.