– Es detestable, Lily!!!, completamente insoportable…es, además de idiota, un completo inútil!!! –
– Lo dicho…te gusta!!! – dijo Lily riendo a carcajadas, una semana después de haber llegado a Hogwarts, cuando cierto día se disponían a almorzar cerca del bosque prohibido, tal como lo hacían a diario desde su llegada al Colegio. – Cada dos por tres lo mencionas Sev, bueno, eso creo…Siempre te refieres a Potter? –
– JA-JA-JA –
– Yaaaaaa…a ver…cuéntame como ha ido tu día. Por cierto, que nos enviará tu madre hoy?, muero por una de sus deliciosas empanadas de calabaza…-
– No lo sé, mi padre todavía anda medio alucinado por el asunto de la magia y mi madre sigue atendiéndole como si fuera un niño…- Severus rió, divertido y relajado, por primera vez en la última semana, la cual según él, pugnaba por ser la “peor de toda su vida”.
– Es increíble Severus que nunca me contaras la verdadera relación de tus padres y que me dejaras pensar todas esas cosas tan…preocupantes, por decir lo menos. – dijo, tirándose de espaldas sobre la manta en la que estaban sentados esperando su almuerzo.
– La verdad era diez veces peor que tus suposiciones – comentó recordando las “pesadillas” y lo que de seguro se le venía encima, pero, sin querer meterse en ese asunto todavía. – Espero que hayas aprendido la lección: No asumir. Nunca. –
– Bueno, ya sé, tienes razón. De todas formas, no lo hagas más, de acuerdo?. Siempre voy a preferir la verdad simple y llana aunque aterradora, en vez de una fantasía…- dijo seria.
– Ya lo sé y te dije que fue la última vez. –
– Me alegro de que ya no suceda. Porque ya no te sucede, cierto? – preguntó un tanto ansiosa.
– De hecho, si, sucede, aunque ahora tengo más control sobre ellas. Rcuerdas la última vez que estuvimos en el parque, antes de venir aquí. Recuerdas que estaba “tenso”? – Lily supo por la sonrisa lasciva en los labios de Severus, que más bien, en ese momento estaba recordando lo que sucedió entre ellos, luego de que ella comentara que lo encontraba tenso, mientras Severus la obserbava detenidamente como si ella fuera el manjar más delicioso que pudiese existir.
– Si, lo recuerdo – contestó ella en el mismo tono, pero fue interrumpida por las frías palabras de Severus, quien le preguntó indignado por un pensamiento que había “percibido” en su mente.
– Qué fue eso? – siseó.
– mmm – sabía que por un instante la imagen de Sirius Black se había cruzado en su mente y que no podría sacar el cuerpo, denía contestarle. – No te disgustes vale, por lo menos deja que me explique…- POR CIERTO!!! Porqué te metes así en mi mente!!! – dijo luciendo “indignada” y pasando al ataque como mejor defensa.
– No me metí, lo compartiste conmigo, en primer lugar. – los rasgos de Severus se notaban como esculpidos en piedra – En segundo lugar, nunca te ha molestado. Ahora sí? – la pregunta fue formulada en un susurro, mientras su cuerpo entero esperaba rígido una respuesta.
– Antes de decírtelo, puedo hacer algo? –
– Ahora tienes que pedirme permiso? – escupió las palabras encolerizado. Eso ya era el colmo de los colmos!!!
– Si, porque tiene que ver directamente contigo. – le contestó Lily acercándose lentamente y rozando sus labios con los suyos en un beso suave pero infinitamente muy sensual.
Esa niña iba a matarlo algún día con sus arranques, pensó. Severus no movió ni un músculo, pero su joven cuerpo estalló en deseo. Hasta ahora su “contactos físicos” se habían limitado solamente a besos que les hacían casi perder la conciencia, sin embargo, cada día le costaba más mantener las manos quietas.
– Sev…-
– mmm –
– Ya tu madre me conoce, qué piensa de mí? – dijo sonriéndole pícaramente, haciendo alusión, precisamente a la conversación que se había dado el día del parque que el mencionaba.
– Eso es una invitación, señorita? – Levantó una ceja en gesto socarrón y esperó.
– Y si así fuera, la aceptarías? – contestó jugando con los primeros botones de la túnica de Severus…
– Desde que te conocí te acepté, “Evans” – dijo seriamente.
– Lo sé, yo también. Puedes decirme porque siempre que intento seducirte me sales con cosas tan serias? Pareces un viejo Sev!!! – dijo juguetona, pero a la vez, muy conmovida por sus palabras.
– Puedes decirme porque “intentas” seducirme cuando hasta hace un minuto tenías a otro chico en mente?. Qué? Quieres…”practicar” antes de llegar a él? –.
Lily había levantado la mano instantáneamente para estampársela en la cara, pero algo en la frialdad y crudeza que de repente emanaba Severus, la hizo detenerse. Ella lo miró fijamente y encajando el golpe, pidió, serena pero decididamente, que se disculpara.
– Estoy esperando una disculpa, Severus. Hazlo. –
– Explícate – exigió, inmutable a los ojos de cualquiera que no conociese el brillo siniestro que sus ojos expedían cuando estaba disgustado, pero para ella, Él era un libro abierto.
Tomando aire para poder serenarse y poder dar una explicación lo más clara y concisa posible, empezó:
– Hace unos días, escuché al cabeza hueca de Potter diciéndole a sus amigotes:
…“Sirus, si fuera como tú podría entenderla. Ya sabes lo que digo, hombre, cualquiera podría entender que las chicas se hagan de la vista gorda ante tu ascendencia, no te ofendas amigo, pero tu familia deja mucho que desear, imagínate, todos de Slytherine, pero aún suponiendo que pensaran que eres un maldito mago tenebroso en potencia, por cierto, de la que te salvaste, por lo menos eres rico y bien parecido”…
– Entonces me pregunté, pasando por alto lo irónico que se me hizo que estuviesen siempre hablando de ti igual que tú de ellos: Porqué Potter ve a Black como “bien parecido” y hasta buen partido y a ti no?. Es decir, eres un poco más alto que ellos, conozco tu…cuerpo…- dijo ruborizándose un poco – y está massss que bien…y aunque no eres rico todavía, posees una inteligencia y un talento incomparables…aunque, yo puedo hacerte muy bien la competencia, pero el punto es, que ese talento y tu inteligencia, te llevarán muy lejos y, entonces, como no entendía a qué se refiere ese tarado, me puse a observarte y me di cuenta de varias cosas y vi que tú padre realmente tiene razón.
Severus…no te fijas mucho en tu apariencia personal. Eres un chico super lindo, pero no se nota porque:
Uno: Caminas encorvado. Dos: Llevas el cabello largísimo como siempre pero ahora tu madre no está detrás de ti para que lo mantengas limpio. Tres: Siempre vas con esa actitud de “YO SOY” que, Severus, a veces es sinceramente detestable y hasta te hace lucir como…no se…te hace parecer “siniestro”?.
– Todo-un-Mago-Tenebroso-en-Potencia – siseó con ese tono tan particular y burlón – Pero qué interesante… -.
Severus se levantó, le ofreció su mano gentilmente para ayudarla a levantarse y la guió a la mesa que tenía preparada para el almuerzo a unos pasos a la derecha, detrás de unos arbustos y que Lily no había visto porque cuando vio la manta, asumió que allí comerían y se había sentado sobre ella.
Severus jamás le había metido prisas con nada, a excepción de su estudio, pero con cosas como el almuerzo, jamás. Así que no la había sacado de su error sino que la dejó hacer. Ya en la mesa, tomó la silla que estaba a su derecha y la separó de la mesa con gesto galante para indicarle que tomara asiento. Así lo hizo ella, mirándolo alucinada. Cada vez entendía menos su reacción. Severus levantó la tapa que cubría su comida y exclamó:
– Ah, tus preferidas, empanadas de calabaza. – Colocó la tapa a un lado, le sirvió el helado jugo de calabaza, se volvió hacia el centro de la mesa y mientras hacía aparecer una hermosa rosa roja en el pequeño florero que adornaba la mesa, dijo: – Bon profit -.
Sin más, se dio la vuelta y siguió caminando erguido y con paso perezoso hacia el castillo, sin voltear a ver a la ahora furiosa Lily, ni una sola vez, lo cual le impidió ver, como ella explotaba convirtiendo su rostro en una extensión de su llameante cabello rojo y agarraba un cuchillo y se lo lanzaba directo a la cabeza sólo para ver que él, sin inmutarse siquiera, lo había hecho convertirse en una rosa roja que cayó al suelo sin ni siquiera tocarlo.
Lily lo vio alejarse durante unos minutos y cuando lo perdió de vista se colocó la servilleta sobre las piernas, disgustada y empezó a comer rápidamente dado que estaba a punto de terminar la hora de la comida. Diez minutos después, todo desapareció tal cual ocurría en el gran comedor, dejando aún más molesta a Lily quien se quedó con la boca literalmente abierta, al desaparecer el tenerdor que sostenía el primer bocado del delicioso “pastel de melaza”, su preferido, preparado como postre por la madre de Severus.
Lily se observó las manos, ahora vacías, detenidamente, evaluando la conversación y sus resultados. Parecía que Severus estaba “divertido”. Estaba completamente segura de que “puso el reloj” para que todo desapareciese, más como broma que como represalia. Severus, nunca había tomado represalias contra ella y sabía que nunca lo haría, pero ella no llegaba a captar el porqué de su comportamiento. Ahora entendía cómo él debió sentirse luego de preparar durante tanto tiempo su primer encuentro, hacía ya tanto, para sólo conseguir que ella se disgustase porque, para ella, el significado de sus palabras en ese momento, era completamente diferente a lo que Severus pensaba.
– Estás loco! – dijo levantándose justo a tiempo, ya que al punto, la silla en la que estaba sentada, también desapareció. Eso sólo podría significar que la estaba “observando” de algún modo…
– Te “oí” Evans – le dijo mentalmente Severus quien estaba llegando al comedor y pudo ver que muchos chicos salían atropelladamente con dirección a sus salas comunes o a sus respectivas clases, no obstante, decidió entrar.
Absolutamente todas las miradas estaban sobre él. No había nadie que lo hubiese visto pasar y que no hubiese reparado en su presencia. Todos los ojos lo seguían hasta su destino. Las chicas cuchicheaban, los chicos, lo miraban admirados. Incluso Lucius pareció un tanto sorprendido cuando se sentó frente a él.
– Buenas tardes – dijo a Lucius.
– Si, se nota. Algo especial? – preguntó Lucius levantando una ceja y esbozando una sonrisa ladeada. –
– Todos los días son especiales cuando se cuenta con el amor de la chica que uno ama, Lucius –
– Estoy de acuerdo. Evans supongo – aceptó a regañadientes, ya que abrigaba la esperanza de que su “amigo” hubiese puesto sus ojos en alguien más “adecuado”. – Sin embargo, nunca te he visto así con o por ella. –
– Efectivamente – dijo con simplicidad. – Pero hoy me ha demostrado que si, que efectivamente nuestro camino estará unido para siempre porque ambos sentimos lo mismo.
– El joven amigo de mi amo va a tomar algo para almorzar? – preguntó el elfo de Lucius que se encontraba detrás de él, interrumpiendo así la conversación.
– Vino de elfo, gracias. – contestó.
El elfo quedó sorprendido por la inusual petición y miró a su amo, quien con un casi imperceptible asentimiento le ordenó que trajera lo que le habían pedido. – De hecho, trae una copa para mí también –.
– Si amo – dijo el elfo desapareciéndose para ir a las bodegas de la mansión Malfoy. En cuestión de minutos, el elfo regresaba con las copas y la botella en una bandeja, la cual mostró a Lucius, quien asintiendo alargó la mano para recibir su copa. El elfo sirvió la de Severus y preguntó: – Algo más amo? –
– No, puedes retirarte –
– Gracias Amo. – y se desapareció nuevamente.
– Por el… “amor” – dijo Lucius arrastrando las palabras.
– Por Lily Evans, que es lo mismo y por las buenas decisiones. – contestó Severus.
Ambos chocaron sus copas y bebieron completamente relajados. Era fácil compenetrarse con ese chico – pensó Lucius -. Parecía muchas cosas, pero era muchas cosas más. Lucius por primera vez se sintió en compañía de un “amigo”, de un “compañero”, de un “camarada” y no como si estuviera sentado en una sala de juntas, negociando.
Los dos se tomaron el vino despacio, disfrutando de estar simplemente en buena compañía. Solos, porque a su alrededor se había formado una especie de burbuja que alejaba el ruido del comedor y la presencia de los que lo producían, pero, no las miradas, sobretodo una particularmente incisiva que los observaba desde la mesa de los profesores.
Dumbledore observaba a Lucius y Severus quienes bebían licor frente a todo el mundo, frente a él, pero que desfachatez, pensó. Inmediatamente decidió, que ése, era el menor de sus problemas, ya que suponía que esa “amistad” podría traer consecuencias. No sabía todavía de que tipo o si serían favorables o “desfavorables”, pero había tiempo. A penas había pasado una semana.
– Mmm, antes de irnos, debo decirte algo asumiendo mi función de “prefecto” – retomó la palabra Lucius.
– Dime –
– No es correcto usar la magia para obtener bienes muebles o inmuebles sin haberlos “pagado”, es casi considerado un “delito” para la mayor parte de las personas en la comunidad mágica.
Severus a penas si levantó una ceja.
– Si, aunque no me lo creas, pienso que es lo más ridículo que existe. Tienes magia y no puedes usarla a tu favor para conseguir lo que deseas, si no tienes el oro para pagarlo? Si, es ridículo -.
– Me estás diciendo que si no tengo el oro para comprar una túnica nueva, no puedo mágicamente conseguirla?. Si tengo el oro para qué necesito magia y/o viceversa? –
– Técnicamente, si, más, no necesariamente. Más bien me refiero a que simplemente no puedes aparecer por medio de magia una túnica nueva o hacer que tu casa sea un palacio si no tienes el oro que te respalde, hay leyes que regulan estas cosas, pero, si no lo tienes y me refiero al oro y deseas cosas, esto lo digo en confianza, debes ser lo suficientemente poderoso, no sólo para producir tu propia fortuna, sino para que nadie se atreva a decir nada al respecto, me explico?. Además, debes estar lo suficientemente dispuesto a conseguir lo que quieres a través de otros medios, llamémosles “menos convencionales”.
No tiene que ser algo siniestro – agregó al ver como Severus enarcaba su ceja, un gesto que ya empezaba a conocer – Me refiero por ejemplo a La alquimia. Severus, la alquimia ha levantado imperios a lo largo de la historia y no es considerada como “magia oscura”, ambigua tal vez, pero ciertamente aceptable. – hizo un gesto de la mano para quitar importancia a esto último.
– Entiendo, es muy interesante. Gracias. Ahora, debo irme. – se levantó y dijo: – Ah, gracias por la copa. –
Lucius lo miró penetrantemente y asintió a manera de despedida, pero no despegó sus ojos de su espalda. Sonrió internamente y sus ojos brillaron, cuando vió que el chico se volvía con la clara intención de preguntar algo.
– Un “reparo”, cómo es visto en el mundo mágico? –
Lucius esbozó una sonrisa que no sólo expresaba su comprensión del asunto, sino su admiración:
– Chico, Me enorgullece que estés en mi casa!!! –
Y Severus le contestó:
– Lo mismo pienso de ti. No me equivoqué cuando le dije al sombrero seleccionador que quería estar en Slytherine, me dijo que me ayudaría en el camino a la fama, al éxito y la fortuna y eso tú me los has demostrado hoy con tus…“consejos”. No es que busque precisamente alguna de esas cosas o que actualmente, me haga falta algo. Tampoco tengo algo por demostrar, sin embargo, me pareció, que no haría daño un poco de todo. Además, influyó en mi desición también, el hecho de que todos los Gryffindor parecen ser igual de idiotas que Potter y sus amigos, así que preferí prescindir de ellos.
– Y Evans? –
– Fue un duro golpe ver que se iba con ellos, pensé que complicaría las cosas. Pero ya no pienso igual, nada ha cambiado entre nosotros. Lo que sentimos trasciende nuestras casas, nos trasciende a nosotros mismos. Además, somos muy parecidos en esencia, su corazón, estoy seguro, es como el que más de los Slytherine. Es audaz, inteligente, valiente y poderosa, pero todavía es muy ingenua para muchas cosas y creo se dejó apantallar. Si nos hubiéramos encontrado contigo en vez de con Potter en el vagón, otra sería la historia, estoy seguro.
– El sombrero seleccionador escoge nuestras casas Severus, asombrado. – Dijo Lucius asombrado. Tenía sus referencias, pero esa, no era información que debiera manejar un chico de su edad o posición.
– Ah si? Pues no me lo pareció. No fue mi caso y estoy seguro que tampoco el de ella. En fin, debo irme Lucius. Si quiero ser un gran alquimista, debo practicar, no te parece? –
– No hay porque mi querido amigo y si, debes ser constante en el estudio. – y se levantó también para retirarse ya que había visto que Dumbledore, cansado de ser un espectador, se dirigía a ellos, seguro para llamarles la atención porque no iban a clases. – Nos vemos luego –
Esperó a Dumbledore para dar tiempo a Severus de que se marchara sin ser interrogado por el director.
Severus dio media vuelta y se dirigió a su clase de pociones.
La increíble y triste historia de un adolescente!! Me encanta cómo humanizas a Snape. Muy bien!!! Ah! ahora de paso de hago la cordial invitación a mi nuevo blog:
http://latalla9ytrescu4rtos.crearblog.com/
Espero verte pronto!! Saludos!!!
La increíble y triste historia de un adolescente!! Me encanta como humanizas a Snape, me gustan tus historias!!
Ahora si, te hago la cordial invitación a mi blog:
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Espero que nos vemamos pronto!! Saludos!!
Leí ambos, tanto la introducción como el de la mujer “ex-tapete” y me gustaron mucho.
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Saludos,
MMM bueno si le vemos desde ese punto Lucius si es buen amigo je je je je y que chevere esa Lily machona y como dices Sev: Sus destinos se unieron pero nunca se entrelazaron en fin otro capitulo 20 SOBRESALIENTE
Oh si, Lily no es una rosita inglesa… XD